miércoles, 24 de octubre de 2012

UNA FIESTA FEMENINA

Estos días otoñales, a finales del mes de Pianopsión, eran los reservados a los cultos religiosos de las mujeres atenienses, de las mujeres casadas con ciudadanos. Eran las celebraciones a Deméter y Perséfone, a la Madre y a la Hija, que propiciaban la fecundidad en los campos y en las familias, los ritos privados fuera del hogar y sin la vigilancia de los hombres. Así que no sabemos de ellas tanto como nos gustaría.
El primer día las mujeres desenterraban los objetos religiosos (como figuras de cerditos) que habían enterrado meses atrás y subían al Tesmoforio, el santuario de la diosa, cerca de la colina de Pinx. El segundo día se dedicaba al ayuno para la purificación. Y el tercero se llenaba de la alegría de la fiesta: se llevaban a la diosa todo tipo de frutos de la tierra como ofrenda, se hacían bromas, muchas en torno a la sexualidad, y comían granos de granada en recuerdo del alimento que hacía que Perséfone estuviera separada de su madre la mitad del año. 
Aunque el comediógrafo Aristófanes habla de oídas en su genial Tesmoforiazusas, merece la pena disfrutar con las confusas situaciones que imagina para un hombre "infiltrado" en las celebraciones.
Grupo Komos. I.E.S. Vicenta Ferrer Escrivá (Valencia)

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